Dibujar te ayuda a estudiar


Puedes afirmarlo con rotundidad. Dibujar no es sólo una técnica de memorización, sino que es de las más eficaces que existen.

La razón es sencilla. Una gran cantidad de personas cuenta con una buena memoria visual y para ellas es más rápido recordar determinado contenido, si éste va unido a una imagen. Y no hablamos solo de dibujos, sino de toda clase de recursos visuales: iconos, gráficos, monigotes o incluso colores. Así lo demuestran varios estudios, pero también la experiencia diaria de miles de estudiantes en todo el mundo.

Además, si el dibujo está hecho por ti mismo, su capacidad para hacerte recordar el contenido es todavía mayor.

Ahora bien, obviamente no sirve dibujar por dibujar. Se trata de una técnica que debes aprender a realizar para sacarle el máximo partido posible. Pero no te preocupes, porque la regla básica es muy sencilla y, lo mejor, no requiere de grandes dotes artísticas.

Se trata, fundamentalmente, de incluir un dibujo identificativo del contenido que necesitamos recordar, y cuánto más representativo sea para nosotros, mejor, porque nos permitirá evocar de forma más precisa la información que necesitamos. En resumen, se trata de memorización por asociación.

Pero veamos cómo podemos ponerla en marcha.

Primero visualmente… ?

  • El icono o el monigote. Es fácil y rápido. No requiere mucha elaboración, pero debemos saber cuándo incluirlo.

Se recomienda hacerlo mientras tomamos apuntes, bien sea para acompañar palabras y anotaciones, o en solitario. Debe ser muy claro y remitirnos a una idea a golpe de vista.

Por ejemplo, un sobre para indicar el envío de determinada documentación, dos anillos superpuestos para indicar matrimonio, o ese mismo dibujo, pero atravesado por una línea, para referirnos a un divorcio. Las posibilidades son infinitivas y dependerán del contenido que estés estudiando, pero también de tu propio imaginario y tu iconografía mental. Cada uno tenemos la nuestra.

  • El storyboard o historieta. Es menos habitual, pero de una grandísima eficacia. Se trata de crear una pequeña historia, a base de dibujos, que narre, sin palabras o acompañada de una breve explicación, determinado contenido.

Por ejemplo, es muy útil cuando debemos recordar los pasos a seguir en diferentes casuísticas. También si queremos fijar líneas temporales o espaciales.

Así que… ¡ya lo sabes!, si quieres relacionar fechas con determinados acontecimientos, es ideal.

  • El dibujo complejo. Se trata de un gran dibujo contenedor de mucha información. Incluye representaciones simples, pero habitualmente también iconos estándares, símbolos y signos como las flechas, la suma o la resta.

Su objetivo es relacionar diferentes ideas de forma no necesariamente lineal.

Se trata, en definitiva, de un mapa conceptual o esquema, pero con el mayor número de dibujos posibles y las palabras reducidas al mínimo.

Por último, no olvides que los colores que utilices serán también determinantes. En este sentido, saber cuál es el color más adecuado para cada contenido es también muy útil.

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