Cómo hacer un buen resumen para estudiar


¿Qué es un buen resumen? ¿Existe un estándar universal o se trata de un recurso personal, que podemos realizar según nuestras preferencias?

Pues lo cierto es que la respuesta conlleva una doble afirmación. Lo universal no quita (ni debe quitar) lo personal. Pero empecemos por lo primero…

  • De lo general a lo particular Todo resumen que se precie debe empezar con la idea o ideas principales, e ir avanzando hacia las secundarias. Ésta es la forma más habitual y también la más sencilla.

Nos obliga, por tanto, a demostrar que hemos captado la esencia de la información que tenemos por delante, pero también su conexión con diferentes conceptos, incluido el contexto, que suele dejarse para el final. He ahí la importancia del siguiente aspecto…

  • La estructura. La más estructura básica de cualquier resumen es la siguiente:

1. Título. Debe hacer referencia al contenido principal que se trata en el texto. Podemos copiarlo directamente del índice de nuestro temario, pero es mejor todavía si lo reelaboramos.

2. Entradilla o párrafo inicial. Debe contener una síntesis breve de la idea o ideas principales recogidas en el tema que estamos resumiendo. Es lo que requiere un mayor esfuerzo e indica que hemos comprendido la “esencia del texto”.

3. Las ideas secundarias. Podeos reflejarlas en los párrafos siguientes. Por lo general es bueno que cada idea se incluya en un párrafo distinto, aunque también podemos hacer uno recopilando las ideas terciarias.

4. El contexto. Suele aparecer casi al final, y es importante para relacionar el contenido que estamos abordando con todo el temario o incluso con toda la materia en su conjunto. Eso sí, no es imprescindible.

5. Conclusiones. Tampoco es imprescindible, pero es bueno finalizar con una idea a modo de reflexión. No debe coincidir con la idea principal, pero sí puede recogerla para llevarnos a una pregunta o planteamiento general o concreto.

Esta estructura puede darse de forma invertida, pero solo en casos contados, cuando el pensamiento inductivo (y no el deductivo) sea el más adecuado para el tema que estamos tratando.

  • Símbolos, abreviaciones y colores. Se trata de la parte más personal. La que es fruto no sólo de nuestra simbología, sino también de nuestra costumbre. En esta parte no es necesario que sigamos un estándar prediseñado, siempre que el objetivo del resumen sea el estudio personal.

Eso sí, es clave que reconozcamos de forma rápida toda la iconografía y que se trate siempre de la misma, para que esto no juegue en nuestra contra.

Y, por último, y aunque parece obvio, TODO EL RESUMEN DEBE ESTAR ESCRITO POR NOSOTROS MISMOS. No debemos copiar ninguna frase del texto o de los apuntes de otra persona. Pues el principal objetivo de resumir es demostrarnos a nosotros mismos que hemos entendido la información y que somos capaces de transmitirla con nuestras propias palabras. Así que, sí, hablamos de un texto personal e intransferible. Pues su valor está precisamente en eso.

Porque, a fin de cuentas, si podemos hacer un buen resumen, podemos hacer un buen examen.

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