¿Tenemos memoria de pez?


Todos recordamos a la tierna Dory, siempre dispuesta a ayudar y encontrar a Nemo, pero incapaz de retener un solo dato más allá de unos pocos segundos.

Pues bien, nuestro cerebro está cada día más cerca del suyo. Y nos referimos al de todos los que vivimos conectados a las redes sociales. Y es que, según advierten numerosos estudios, nuestro nivel de atención y nuestra capacidad para recordar cualquier información recibida, se está viendo reducida por el bombardeo de mensajes al que nos vemos expuestos a diario.

En concreto, los expertos indican que dedicamos, de media, 5 segundos a cada mensaje. Y no importa el canal por el que nos llegue la información, si es en forma de texto, de imagen, de vídeo o de audio.

Se trata de una reducción drástica, pues hace apenas dos décadas la media se situaba en 12 segundos, más del doble que la actual.

Un hecho que tiene varias consecuencias. Por un lado, necesitamos que la información sea cada vez más atractiva. Si no, la abandonamos sin escrúpulos.

Y por otro, tenemos menos capacidad para recordarla.

Se trata de una verdadera paradoja, la de la desinformación por sobreinformación. Pero lo bueno es que podemos ponerle remedio, sobre todo si somos estudiantes…

  • Aprendiendo a desconectar. Aprovecha estas vacaciones para hacerlo y darle un respiro a tu cerebro. Sí, también de las redes sociales. Para ello las actividades en la naturaleza, ya sea playa o montaña, o la simple ruptura de la rutina diaria pueden ser grandes aliadas. ¡No lo desaproveches!
  • Mejorando las recompensas. Una de las claves de nuestra cada vez mayor “adicción” a las redes sociales es su capacidad para ofrecernos gratificaciones casi instantáneas. Ya sea en forma de notificación, o de información capaz de “saciar” nuestra curiosidad. Cómbatelo premiándote de otra forma, más adaptada a ti, y por supuesto, mucho más satisfactoria.
  • Entrenando al cerebro. Si consideramos a nuestro cerebro como al más importante de nuestros órganos, tenemos que ser conscientes de que su entrenamiento es básico. Y lo mejor es que poner en forma a nuestro cerebro nos va a resultar más sencillo que hacer lo propio con los biceps. ¿Cómo? Pues acostumbrándolo poco a poco determinadas tareas. Por eso, si no lo has hecho ya, te invitamos a que descubras el poder de crear hábitos!

Porque sí, todos nos lo pasamos muy bien con Dory y sus vueltas de acá para allá, pero… ¿A quién le apetece acabar como ella? Mejor aprender a orientarnos en medio de este océano llamado Internet y RRSS, y así terminar encontrando lo antes posible a “nuestro Nemo”. ?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *