La importancia de los simulacros


El examen, mitificado durante meses o años antes de su llegada, puede convertirse en un verdadero gigante para cualquier opositor. El monstruo al que tendrá que enfrentarse un día.

Por eso, es imprescindible empezar a cogerle rápidamente la medida. Y qué mejor que hacerlo a través de los simulacros, una herramienta, que la mayoría de quienes han alcanzado ya su plaza, nombran como fundamental.

 

Pero… ¿Por qué es tan importante?  

Porque un simulacro te permite recrear, lo más ajustadamente posible, aquello a lo que te enfrentarás en el examen.

De esta manera podrás entrenar y perfeccionar la estrategia concreta que seguirás el día del examen, teniendo una idea clara de qué preguntas responder antes, cuáles dejar para el final.

Con los simulacros sabrás cómo afrontar preguntas muy similares a las que te formularán en el momento clave, con qué rapidez las contestas, como de preparado te hayas o que temas te conviene reforzar.

En general, éstas son sus principales VENTAJAS:

  • Administración del tiempo. Con los simulacros puedes ir mejorando tu marca personal y adquirir nuevas y mejores habilidades en cuanto a la gestión del reloj durante el examen. Y no lo dudes, en esto la práctica es fundamental.
  • Autoconocimiento. Los simulacros te permitirán adaptar nuestro método de estudio al tipo de preguntas al que realmente nos vamos a enfrentar. Además, si vemos que no es el adecuado, podemos cambiarlo o reforzar el estudio de determinados temas e identificar con claridad nuestros puntos fuertes y débiles.
  • Familiaridad. Es una de las grandes ventajas de los simulacros. Te aportan familiaridad con el examen y esto es enormemente positivo para mirar a la prueba como lo que es: una evaluación de tus conocimientos con sus características determinadas. Y esto se traduce en una mayor confianza en tus capacidades para enfrentarlo.

Podríamos decir que es la prueba del algodón para cualquier opositor, y por eso, aquí te dejamos ALGUNOS CONSEJOS.

En primer lugar, cuenta siempre con esta herramienta en tu preparación.

En segundo lugar, realízalos con regularidad, programándolos cada vez que alcances determinados objetivos. Así sabrás exactamente cómo vas avanzado.

Pero no empieces a practicar con ellos hasta haber alcanzado un determinado nivel, para evitar un efecto contraproducente.

Y, por último, no olvides que se trata de una simulación, con ellos no te estás jugando nada. Esto reducirá tus niveles de estrés durante la prueba, pero también el día del examen, pues te sentirás cada vez más capaz de enfrentar el reto que tienes por delante.

Porque, si estás empezando con tu preparación y te enfrentas al “examen” demasiado pronto, es muy fácil que te sientas abrumado por la cantidad de conocimiento que todavía tienes que interiorizar.

Así que, no te preocupes, pero sobretodo no tengas prisa y pregunta a tus profesores y compañeros antes de poner el cronómetro en marcha, papel y bolígrafo en mano.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *