Fallar para triunfar


Aprendemos de nuestros fracasos tanto como de nuestros éxitos. Fallar no es un obstáculo para alcanzar ninguna de nuestras metas, siempre y cuando sepamos gestionarlo. Así lo afirma la ciencia, pues según un estudio de la Universidad de Harvard haber fracasado una o varias veces en un empeño no reduce nuestras posibilidades de éxito.

Una buena noticia si estas opositando, y más aún si este es tu segundo o tercer intento.

El binomio “ensayo-error” es una constante en cualquier proceso de nuestra vida. De hecho, niños y niñas lo viven a diario, porque en la mayoría de los casos, durante la infancia no se “penaliza” socialmente el fracaso. En cambio, al llegar a nuestra vida adulta empezamos a mirar a nuestros errores con recelo, como si ellos hablaran mal de nosotros, y no es así.

La mayoría de las personas que han alcanzado grandes metas, han sabido actuar sin miedo a fracasar. Para muestra, Michael Jordan, que dijo aquello de… «He fallado más de 9.000 tiros en mi carrera. He perdido más de 300 partidos. En 26 ocasiones me confiaron el tiro ganador y fracasé. He fallado una y otra y otra vez, y por eso he tenido éxito».

Pero no tenemos que llegar tan alto como Jordan para perderle el miedo a la caída.

Tan sólo tenemos que darnos la oportunidad. Y para eso, aquí te dejamos algunas claves:

 

  • CAMBIA TU MIRADA. Lo primero para perderle miedo a algo es cambiar la manera que lo vemos. Observar los errores desde otro punto de vista es el primer paso. Un fracaso, al igual que un éxito, es una experiencia. Y las experiencias nos terminan por convertir en “expertos”. Conclusión, empieza a mirar hacia tus errores como a algo valioso.

 

  • ANALIZA TU ERROR. Ignorar aquello que nos ha hecho daño es una reacción natural, pero con el debido tiempo tendremos que empezar a analizarlo, como si de un error extraño se tratara. Averiguar por qué fracasamos, dónde estuvo el fallo. Sin análisis, obviamente no hay diagnóstico que valga.

 

  • EVITA LA INACCIÓN. Este paso es fundamental. Pues cualquier fracaso tiende a paralizarnos. Hemos fallado y nos quedamos desarmados por un tiempo, sin ánimo para emprender otra acción. Es normal. Pero hay que superarlo. Ya decía Churchill, que “el éxito no es más que el arte de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”.

 

  • AYÚDATE. Aprender a ayudarse es fundamental no sólo a nivel profesional, sino a nivel vital. Saber cuándo tenemos que dejar que “nos echen un cable” es una de las principales lecciones de cualquier fracaso, pues no pocos errores se cometen por no creer que podemos salir adelante sin la ayuda de los demás. Identifica tus debilidades y ayúdate pidiendo ayuda para superarlas.

 

  • HAZ DEL DEFECTO VIRTUD. Se trata de ir un paso más allá. Y saber qué aprender la lección no solo consiste en no cometer los mismos errores una y otra vez.  Por extraño que parezca, son muchas las debilidades que pueden terminar convirtiéndose en fortalezas. Lograrlo no es fácil, pero con ello cumpliríamos una doble meta: No tropezar en la misma piedra, y además convertirla en escalón. O dicho de otra manera “convertir nuestros gusanos en mariposas”: ¡Todo un éxito!

 

De esta forma podemos convertir nuestros errores en un verdadero “manual de instrucciones” para nuestro próximo intento. Tal vez así terminemos por perderle, de una vez por todas, el miedo al fracaso.

 

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