Estudiar y trabajar: Cómo conseguirlo


¿Estudias o trabajas? No sabemos tu respuesta, pero sí que cada vez son más los españoles que responden afirmativamente a las dos opciones, y que después de una jornada laboral, se sientan en un escritorio y se sumergen entre libros, apuntes y clases, tanto presenciales como virtuales.

La mayoría son universitarios. De hecho, el número de personas que realizan una carrera mientras trabajan a tiempo completo o parcial alcanza ya el 67%, según las cifras de 2017. Un fenómeno que está afectando también al perfil de los opositores, entre los cuales ha aumentado drásticamente el porcentaje de alumnos que deciden preparar una oposición sin dejar de trabajar. Y no, no es fácil, pero tampoco imposible.

Eso sí, será necesario enfrentar desde el principio a cuatro “gigantes”, para que no se interpongan en nuestro camino, y al contrario, nos sirvan siempre de aliados:

  • EL TIEMPO.

Si como dicen los expertos, preparar una oposición es una carrera de fondo, imagina ahora hacerlo con sólo una cuarta parte de tu tiempo disponible, o incluso menos. Éste es el gran obstáculo para la mayoría, por lo que la organización del tiempo se convierte en una prioridad.

Es importante no mirar al reloj como a un enemigo, sino como a un aliado, con el que tienes que contar en todo momento, y del que, si te organizas bien, podrás aprovechar cada minuto.

Una buena agenda, virtual o en papel, un imprescindible para cualquiera que aspire a aprobar una oposición, un certificado de profesionalidad, o para superar la carrera mientras trabaja.

  • LA MOTIVACIÓN

No perder de vista nuestro objetivo es un consejo que puede parecer sencillo, pero que no lo es para quienes buscan compatibilizar trabajo y estudios.

Es muy habitual sentirse abrumado por la avalancha de tareas pendientes que tenemos por delante cada día. Y, sin duda, es bueno estar al tanto de ellas, y tratar de superarlas. Pero si algo hay que evitar a toda costa es que los árboles nos impidan ver el bosque.

Y para ello es bueno conocerse a uno mismo y conocer el proceso, saber que vamos a tener momentos de desánimo, que nos van a hacer pensar que todo el esfuerzo que realizamos será en vano. Es entonces cuando debemos focalizarnos en nuestro objetivo, en nuestra motivación, mirar al final del camino, y saber que la constancia es nuestra fortaleza.

  • LA TENSIÓN

Cierta tensión es buena, nos hace estar activos, atentos, ágiles incluso. Pero un exceso de tensión puede provocarnos estrés, que prolongado en el tiempo puede afectar a nuestra salud, y también ansiedad, capaz de alterar nuestro estado de ánimo, y, por supuesto, nuestro rendimiento.

Por tanto, mantener la tensión a raya, limitada, es fundamental para superar esta etapa de sobreesfuerzo en nuestra vida.

Y para ello es bueno que hagamos uso de cualquiera de las muchas técnicas de relajación que nos recomiendan los expertos. No siempre será imprescindible una clase de yoga; a veces, un simple paseo por la naturaleza nos ayudará a desconectar, y a encontrar la paz que necesitamos entre tanta actividad.

  • EL ENTORNO

Es posible que el “no puedo” se convierta en tu frase favorita cada vez que te proponen un plan. Pero siempre debemos mirar a nuestro entorno como el punto de apoyo necesario para alcanzar con éxito nuestro objetivo, y nunca como un obstáculo.

Nuestra familia, nuestra pareja (si la tenemos), y nuestros amigos (los de verdad) sabrán apoyarnos de la mejor manera posible, y entenderán que pasamos por una etapa de “intensa actividad”, donde los momentos de ocio con ellos se verán reducidos al mínimo.

Por eso es bueno comunicar a todo nuestro entorno cuál es nuestro objetivo y cuáles son nuestros planes a corto, medio y largo plazo antes de emprender este gran reto de simultanear trabajo y estudios.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *