Se empieza a estudiar eligiendo el lugar en el que colocar la silla. Sí, ahí es donde empieza el camino.
Muchos de nuestros alumnos llevan años sin enfrentarse a exámenes, y suelen preguntarnos cómo sacarle partido al tiempo que tienen, cómo organizarse, etc.
Sin duda, son aspectos muy, muy importantes. Pero hay un detalle que puede llegar a condicionar mucho nuestro rendimiento: el propio lugar de estudio.
Está claro que encontrar el más adecuado va a depender de gustos y circunstancias personales, pero también que, una vez considerados todos ellos, hay un punto de crear hábito a base de repetir.
Y, para ese momento en el que se decide dónde se van a pasar tantas horas, te recomendamos cuidar lo siguiente:
- Luz y temperatura: son cruciales, y pueden impactar directamente en la salud, así que vela por ellas.
- La localización: normalmente se trata de decidir si vas a estudiar en casa o en la biblioteca.
- Si estás en tu domicilio, dedica tiempo a comprobar el mobiliario y el espacio para los bultos del estudio.
- Si puedes elegir, prueba con varias bibliotecas que estén bien comunicadas. Y elije esa en la que sientas que te gustaría quedarte un rato más.
- Tu propio cuerpo: Estés donde estés, asegúrate que cambias de postura y que realizas descansos activos. No es ninguna broma afirmar que puedes terminar con lesiones solo por pasar horas estudiando.
No hay un lugar de estudio ideal para todo el mundo, elige el que sea mejor para ti, pero siempre cuidándote en esos tres planos que hemos comentado, y ahora sintetizamos en esta infografía: