Cómo hacer un horario de estudio que te valga hasta el examen


Si te preguntas cómo hacer un horario de estudio que se adapte a las necesidades que van surgiendo hasta el mismo día de tu examen, y al mismo tiempo te permita no perder ritmo y llegar bien preparado a esa cita, sigue leyendo.

Porque existe la programación que lo logra, y se basa en llegar a un horario que incluya los tres planos siguientes:

La visión global.

Es la gran foto general del período de tiempo que va desde ahora, hasta el examen.

Ese calendario a medio plazo debe reflejar la información del tiempo que tienes para estudiar y dar uno o dos repasos completos, así como si existen momentos más o menos largos en los que tus circunstancias potencian o reducen el mismo. Son ejemplos fácilmente reconocibles, las vacaciones en el trabajo o de los hijos, si se tienen.

Se trata de tener claros esos periodos en los que será más o menos fácil encontrar tiempo y energía para estudiar.

Una vez identificados, podrás planificarte para aprovecharlos, si son a tu favor; u organizarte para compensarlos, si en cambio juegan en contra.

Por tanto, en este primer punto estamos colocando en una vista anual el viaje de estudio que iniciamos.

La planificación de las sesiones de estudio propiamente dichas.

En este nivel debemos crear un único “control de mandos” con la organización de los diferentes aspectos que compaginarás hasta el famoso Día D del examen.

Nos referimos a una agenda que integre los horarios de clases o videoconferencias, con la alternancia en el estudio de las materias o asignaturas que tengas, el tiempo de ir a pasear o al gimnasio, así como el horario del turno de trabajo y los tiempos para atender las necesidades de personas a las que cuides o salir a cenar con amigos, por poner nuevamente ejemplos variados.

En esta fase, hay que ser tan realista como exigente para identificar el tiempo realmente disponible.

Te invitamos a leer este artículo con las 10 pautas para planificar tus sesiones de estudio, ya que te da pautas para organizar esa planificación.

Es decir, este segundo punto nos da la visión mensual y semanal de nuestras rutinas, permitiéndonos avanzar en todas las materias, así como cuidando nuestra salud y resto de responsabilidades y relaciones personales que nos importen.

Las fases del estudio diario.

Aquí tenemos ya la lupa de aumento puesta para atender qué hay que hacer en cada jornada: mapas mentales, esquemas, resúmenes, test y la lista de dudas a los profesores, serían elementos que debemos tener en nuestro diseño.

Para terminar de perfilar el horario en su dimensión más pequeña, pero no menos importante, te invitamos a leer el siguiente artículo con las cinco fase del estudio diario.

Hasta aquí hemos visto todos los elementos que debes tener en cuenta para concretar el horario de estudio hasta tu examen. Hay un aspecto transversal a las diferentes capas en las que hemos trabajado: los repasos.

Es tal la importancia de estos que si buscas en el blog encontrarás varios artículos, pero te dejamos aquí enlazado uno que te va a ser muy fácil integrar con las pautas anteriores: Repasos, ¿cuándo y cuántos necesito?

Nos despedimos ya. Confiamos leerte en los comentarios contándonos alguna solución concreta que hayas probado, o dudas al ir a materializar tus plazos y cómo lo resolviste.

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