Aunque parezca una simpleza, tendremos más posibilidades de aprobar si comenzamos a estudiar cuanto antes y sin prisa.

Veamos las razones por las que esto es así, más allá de que parezca de pura lógica que cuanto más tiempo se estudie mejor preparado se llega al examen.

1. Las preguntas de los exámenes tipo test tienden a centrarse en detalles y no es posible retener muchos detalles de manera efectiva en la memoria a corto plazo. Si aprendemos un poquito cada día y si repasamos en repetidas ocasiones podemos conseguir una memoria a largo plazo mucho más consistente y confiable.
2. Es importante entender todo aquello que se va a memorizar y algunas cuestiones y conceptos pueden resultar complejas. Por eso, disponer de tiempo suficiente será necesario para llegar a entenderlo todo y memorizar la información en las mejores condiciones.
3. Es muy importante tener en cuenta aquellos aspectos que los profesores señalan como los más importantes. Su experiencia les permite saber qué cuestiones suelen ser más preguntables en los exámenes.
4. Al estudiar conviene hacer listas y tablas con información similar, para evitar confusiones. Por ejemplo, plazos, cuantías, …
5. Los términos y conceptos fundamentales que describen eventos o características muy importantes o que relacionan ideas entre sí, son elementos que aparecen con cierta frecuencia en los exámenes tipo test. Es necesario prestarles especial atención y buscar las similitudes y diferencias entre los mismos.
6. No hay que memorizar de manera literal la información. Cada cual puede expresar las ideas con sus propias palabras por lo que hay que estar seguros de que se entiende esa información con diferentes formulaciones de la misma.
7. Piensa en posibles preguntas que se puedan plantear a medida que vas estudiando los temas. Practica realizando muchos ejercicios tipo test y, si es posible acceder, exámenes oficiales de anteriores convocatorias. La Administración Pública suele publicar en sus páginas oficiales los exámenes de cada una de las convocatorias.