¿Sabes qué es la deuda de tiempo y cuánto debes ahora mismo?


Como las económicas, no son todas malas. Si pagas a tiempo, las adquieres de forma consciente y comprometida, obtienes finalmente un bien mayor, o incluso, si disfrutas saldándolas, ¡perfecto!

El problema de las deudas de tiempo llega (al igual que con las tarjetas de crédito) cuando pierdes el control, y ni siquiera sabes que las adquieres o cuánto debes.

Pero vamos al meollo del asunto: ¿QUÉ ES UNA DEUDA DE TIEMPO?

Toda actividad que te “obligue” a realizar otra (u otras muchas) en el futuro. Es decir, cualquier acción que comprometa tu tiempo futuro. Y, por supuesto, cuánto más tiempo futuro hayas dejado “comprometido”, más grande será tu deuda.

Pero como te decíamos, existen dos clases básicas: buenas y malas.

Las buenas son todas LAS QUE DESEAS ADQUIRIR. Por lo general, las que adquieres conscientemente.  Aquí entrarían una gran cantidad. Probablemente más de las que imaginas: Apuntarte al equipo de tu deporte favorito, que juega todos los fines de semana, matricularte en una carrera o comprometerse con una oposición. Pero también invitar a una fiesta a tus amigos.

Vamos ahora con las preocupantes, las que no sabes que tienes, o las que no te das cuenta que adquieres. En definitiva, LAS QUE NO DESEAS ADQUIRIR.

Pagas con el cheque anticipado del tiempo cuando simple y llanamente no eres productivo. Es decir, cuando realizas las cosas mal a la primera, a la segunda o a la tercera, porque te estás obligando a volver a realizar la misma actividad otra vez. Por ejemplo, cuando arreglas de forma chapucera un objeto que sabes que se va a volver a romper enseguida, cuando pasas toda la tarde leyendo sin concentración, o cuando bajas al super y olvidas la leche, porque te tocará bajar de nuevo.

Por supuesto todos adquirimos “deudas de tiempo” sin desearlo porque somos humanos, y no siempre somos productivos al 100%. Pero es bueno minimizarlas, porque… ¡ya sabes! ¡igual te va a tocar pagarlas!

Así que, aquí te dejamos estos 4 consejos para evitar adquirir deudas de tiempo sin control.

  • NO MALGASTES TU TIEMPO: Lo sé, todos lo malgastamos antes o después. Pero no lo hagas de forma negligente. Es decir, si no puedes concentrarte delante del libro no es necesario que pases la hora con la mirada fija en él solo porque así lo anotaste en tu agenda. Puedes hacer algo que te distraiga y repasar cuándo sí te puedas concentrar. Porque si no, lo harás dos veces.

También es bueno reducir al mínimo las actividades por compromiso, aquellas que sabemos que no queremos realizar, pero que hacemos igualmente por convención social. Porque si vas a pagar con la moneda del tiempo (que, no lo olvides, es la más cara), que sea por algo que valga la pena para ti.

  • DETECTA EL TIEMPO ESCONDIDO: Y es que no siempre somos conscientes de cuánto tiempo estamos hipotecando al comprometernos con una actividad. Bien porque no la hemos llevado a cabo nunca, o porque calculamos mal. Y pasa con más frecuencia de la que crees. El tiempo se esconde hasta que estamos justo arriba del reloj, y entonces se nos echa encima.

Y para solucionarlo hay dos trucos principales, suma siempre media hora más a cualquier actividad o pasa al siguiente consejo…

  • SI NO CALCULAS BIEN, CRONOMETRA: Parece demasiado inglés, lo sabemos. Pero es un grandísimo truco, pues la mayoría de las veces perdemos más tiempo del que deseamos. Por eso te recomendamos cronometrar directamente cuánto tardas en realizar una tarea. No para que te angusties, sino para todo lo contrario.

Porque si eres consciente del tiempo que inviertes en cada actividad, te será más fácil programar tu agenda. Que, además, estará cada día mejor organizada. Y serás, directamente, más productivo.  

  • AHORRA SIEMPRE QUE PUEDAS: Podrías pensar que ya lo haces de forma inconsciente, pero probablemente te engañes a ti mismo. Porque la mayoría de nosotros no aprovechamos al máximo lo momentos de fluidez. Esos tiempos en que somos especialmente eficaces.

Por eso, siempre que sientas que estás siendo muy productivo, no pares solo porque está en tu agenda, ¡adelántate! Y avanza todo lo que puedas. Estarás ganando un tiempo precioso para el futuro.

Y ahora que ya sabes qué es una deuda de tiempo y cómo evitar que se te vaya de las manos, ¿Cuánto dirías que debes ahora mismo? ?   

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *