¿Sabes cómo planificar tus sesiones de estudio?


Estudiar tiene su propia metodología. No basta con coger el libro y pasarte ocho horas leyendo, subrayando y recitando. Es necesaria una buena organización y un plan adaptado, tanto al temario, como al tiempo del que disponemos.

Debemos planificar a largo plazo, por supuesto. Y para ayudarte, aquí te dejamos algunos consejos. Además, es bueno que cada semana organices el temario y el tiempo que vas a dedicar y lo adaptes a tu propia realidad.

Pero si hay algo importante, es precisamente la jornada de estudio. Que en el momento de sentarte en el escritorio, tengas un plan. ¡Un buen plan!

Y para ello, estos son nuestros consejos:

  • Divide el tiempo en diferentes periodos. Es la base. Dividir tu jornada en periodos de concentración, definiendo qué tiempo le vamos a dedicar a la prelectura, a la toma de apuntes o a la creación de mapas mentales. Pero, sobre todo, hacerlo en función de nuestra capacidad de concentración.

Si sabemos que a mitad de mañana nos es más fácil mantener la concentración podemos alargar estos periodos, o, al contrario, acortarlos cuando sospechamos que nos va a costar más mantener la atención por un periodo demasiado prolongado.

Aunque en general, se recomienda descansar al menos 5 minutos cada hora u hora y media.

Además, puedes optar por el método POMODORO, con cronómetro incluido ¡Tú eliges!

  • Asigna cada unidad de tiempo a una función. La idea es que cuando concluya un periodo hayas completado una o varias tareas. Puede ser leer y subrayar un tema, hacer un mapa mental, grabarte declamando o repasar unidades anteriores.

De esta manera evitamos romper los ritmos de trabajo y añadimos también sensación de productividad a nuestra jornada. Algo que es más importante de lo que suele imaginarse, pues sabemos que estamos cumpliendo con nuestros objetivos. ¡Y eso siempre anima!

  • Decide con qué empezar y con qué terminar. Y en este caso no importa tanto cuál sea tu decisión, como el hecho de que lo hayas previsto con anterioridad. Es decir, lo que debemos evitar es la improvisación.

Pero si nos lo permites, te damos también un consejo en este sentido. Y es empezar y terminar con una tarea suave (algo similar a los calentamientos antes de un ejercicio físico). Te prepara, te mete en materia y te permite ir concentrándote poco a poco. Ya que pasar de una situación de relax a una de máxima concentración en segundos es siempre más difícil.

  • Aprovecha los descansos. E insistimos, si se trata de descansos activos, mucho mejor. Porque, aunque no lo parezca, distraernos nos ayuda más de lo que creemos a fijar la información en la que hemos estado sumergidos previamente.

Para que te hagas una idea de su importancia, varias instituciones educativas han empezado a plantear la posibilidad del descanso activo entre clases y durante el confinamiento los expertos han insistido en la gestión del descanso como un factor clave para un buen aprendizaje.

Nos dicen que es bueno parar, al menos, durante 5 o 10 minutos cada hora. Aunque esto puede variar en función de la persona. Hay quien necesita desconectar un ratito cada 25 minutos y quien no lo necesita hasta pasadas dos horas. Pero recuerda, nuestro cerebro, en general, empieza a perder capacidad de concentración a los 30 minutos de estar realizando una actividad de forma continuada.

Y ¿Qué hacer durante esos periodos? Pues solo depende de ti, pero nosotros te proponemos desde bailar hasta hacer ejercicio, pasando por pasar un buen rato con tu mascotas (si es que tienes una…).

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *