Llegan las vacaciones para muchos estudiantes y la pregunta siempre es la misma. ¿Hago un pequeño parón para descansar, bajo el ritmo o continúo, como si no hubiera un verano por delante?

Por supuesto, la respuesta dependerá de tu caso particular. Si la fecha de examen es muy cercana, lo normal es aprovechar el verano lo más posible. Otra posibilidad es bajar un poco el ritmo o, si puedes permitírtelo, incluso hacer un pequeño descanso.

Eso sí, en todos los casos, nuestro consejo es el mismo: organízate. Porque si no, corres el riesgo de que, llegado septiembre, todo te explote, literalmente, delante de tus apuntes.

Así que… ¡Vamos con las diferentes posibilidades;  

• QUIERES APROVECHAR EL VERANO AL MÁXIMO… ¡Bien hecho! Porque, si sabes organizarte, contarás con un tiempo especialmente bueno para el estudio. La velocidad de crucero que has adquirido durante el curso te servirá para no perder el ritmo y solo tendrás que adaptar un poco tu rutina al horario estival. ¿Cómo?

Aprovechando las horas de mayor calor, cuando apenas hay actividad en la calle, para refugiarte en una habitación bien fresquita y ¡zambullirte en el libro!

Además, si has optado por esta opción, es muy probable que tu mayor reto sea gestionar la relación con tu entorno, combinar tus planes de estudio, con los de ocio del resto de familiares y amigos.

Para ello aprovecha las ventajas del verano. Entre otras, que cuentas con días mucho más largos que en invierno y que puedes aprovechar la noche para dar un paseo o tener un momento de relax diario.

¿Y la frustración por no poder irte de vacaciones? ¡Qué no te importe! Porque si tienes claro tu objetivo, no dudes que alcanzarás tu meta y que te esperan veranos llenos de encanto y desconexión. Además, agosto no es el único mes en el que poder hacer una escapada. Y es posible que, si logras pronto tu objetivo, puedas tomarte unas merecidas vacaciones más pronto que tarde. ?  

• QUIERES BAJAR EL RITMO, PERO NO DESCONCETAR DEL TODO… ¡Perfecto! Es una opción muy habitual y factible, siempre que tu examen no se encuentre justo a la vuelta de la esquina o del verano.

En este caso, tienes diferentes opciones.

La primera, optar por los repasos, que, como ya te hemos contado alguna vez, son para el verano. Aquí te damos algunos tips para programarlos y también algunos trucos, como las tarjetas de memoria o flash card en inglés, que te pueden ser muy útiles en caso de que decidas por repasar lo aprendido durante el resto del año.

También es muy habitual llevarte los libros a la playa.

En este caso cuentas con varias ventajas. La primera, que el cambio de ambiente puede favorecer nuestra concentración, después de meses en el mismo escenario. Que nuestros tiempos de descanso suben de nivel, es decir, que disfrutamos más del ocio y por tanto, los tiempos de concentración es muy posible que también mejoren.

Y, por último, que facilitamos la conciliación de planes con el resto de miembros de la familia o con nuestro grupo de amigos.

Eso sí, si te decides por esta opción, es muy importante que hagas una buena planificación semanal, para que no se produzca una acumulación de tareas a tu regreso. Que es justo lo que debes evitar, incluso si quieres tomarte unos días de descanso… porque es posible que decidas optar por esta opción.

• QUIERES TOMARTE UN PEQUEÑO DESCANSO… ¡Está bien! Si puedes (y no estás apurado por los plazos), hazlo. Pero hazlo organizadamente y sobre todo evitando la sobrecarga a tu regreso o sobreestimando tu capacidad de estudio a la vuelta del verano.

Es decir, realiza una planificación a largo plazo, en la que tengas claro que el parón que vas a realizar, es asumible y hasta deseable.

Porque lo importante es decir adiós al estrés no sólo por unos días, sino de forma sostenida, evitando que unos días de relax nos provoquen posteriormente picos de máximo estrés. En resumen, evitando que llegado septiembre, nos explote en la cara.

Pero no te preocupes, que evitarlo es más sencillo de lo que parece. Simplemente… ¡Organízate!