La técnica para hacer el esquema o mapa conceptual perfecto


¿Sabes cómo hacer un esquema o un mapa conceptual perfecto? ¿Y sabes cómo distinguirlos?  

Se trata del arte de ordenar la información. Y cómo todo arte, tiene mucha técnica, al margen de la capacidad natural que tengas y que puedas desarrollar a lo largo de tu vida como estudiante.

Los esquemas, así como los mapas conceptuales, son una herramienta básica. Porque ordenan gráficamente la información, la organizan y ayudan a tu cerebro a entenderla, manejarla y recordarla con más facilidad. Son extremadamente útiles.  

De hecho, si eres estudiante los harás de forma habitual.  

Sin embargo, los hay de muchos tipos. Probablemente, si atendemos a los que tienes ahora mismo en los apuntes, aparecerán algunos hechos a toda prisa. Los habrá mejores, aquellos que explican un tema o un apartado de forma detallada. Y encontraremos también, por supuesto, algún esquema excelente. Ése que cuando lo miras sabes perfectamente de qué trata.  

Pero ¿Qué lo hace brillar? ¿Estas seguro de que puedes hacer un buen esquema o un buen mapa conceptual siempre que quieras? De hecho, existe una técnica tan sencilla como eficaz. Una técnica que permite minimizar los errores más habituales al realizarlos. Aquí te la contamos…  

  1. Lee primero toda la información y, si tienes tiempo, haz un pequeño resumen. Es decir, no te precipites y empieces a realizar el esquema sobre la marcha, a medida que vas estudiante el tema. Lo ideal es, incluso, realizar un pequeño resumen, a modo de borrador, que nos permita ser conscientes del conjunto del tema antes de empezar con el esquema.  
  2. Identifica la idea principal, para empezar por ella. O, dicho de otra manera, no empieces por el principio, porque el meollo del tema no siempre aparece en las primeras líneas y la información no siempre es lineal. Y es que este es uno de los errores más comunes de los estudiantes. Por eso acostúmbrate a identificar la idea principal por ti mismo siempre.  
  3. Pregúntate si la información está jerarquizada verticalmente. En caso de que así sea opta por un esquema.  Se trata, quizá del punto clave. Si la información con la que contamos es jerárquica, la realización del esquema será más sencilla. La idea principal aparecerá en la parte de arriba o a la izquierda, y de ahí se irán derivando las secundarias, que aparecerán en segundo lugar, las terciarias, etc.  Pero si la información no tiene una jerarquía vertical será mejor optar por un mapa conceptual. En este caso nos costará un poco más identificar la idea principal, que nos conviene ubicar en el centro. A partir de ahí, podemos colocar a su alrededor el resto de conceptos, especificando el tipo de relación que tienen, tanto con la idea principal, como entre ellos. Para ello podemos utilizar símbolos, desde flechas hasta el +, el – o el =. Ello nos indicará el tipo de relación que existe entre las ideas.  Cuando incluimos dibujos o símbolos más complejos hablamos de mapas mentales, que son también de gran utilidad
  4. Es bueno añadir siempre algún ejemplo o dato destacado, relacionado con alguno de los conceptos que hemos incluido en el esquema, para no olvidarlo a la hora de repasar. Por ello, conviene colocarlo cerca de la idea con la que se relaciona y vincularlo a ésta mediante algún tipo de símbolo: flecha, paréntesis, etc. 
  5. Y, por último, no te olvides del color. Úsalo para ayudarte a identificar el tipo de información a golpe de vista. Puedes crearte tu propia paleta o ayudarte de la simbología propia de cada uno de los colores para distinguir entre una u otra. Para que te hagas una idea, el amarillo es ideal para destacar ideas. El rojo también, pero con un sentido todavía mayor (no conviene abusar de él). El azul es ideal para la información general, el verde es muy utilizado en títulos y el naranja y el morado se utilizan con frecuencia para añadir información más detallada.  

Y… ¡Voilá! Ya tenemos el esquema o el mapa conceptual perfecto. Si, además, le añades un toque personal, una iconografía que se adapta a tu forma de estudio, la paleta de colores que mejor entiendes y las abreviaciones a las que estás más acostumbrado, estaremos ante tu esquema perfecto.  

No olvides tampoco que puedes hacerlos a mano, pero que cada vez existen más herramientas digitales para elaborarlos con una Tablet, un ordenador o incluso con el móvil.  

Entre ellas, te recomendamos Diagrams.net, Coggle o Canva. Pero hay también muchas otras opciones.  

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