Inteligencias múltiples, aprendizajes múltiples


Sabemos que no hay una sola inteligencia. Y, por tanto, no hay una sola forma de aprender. Pero el saberlo no nos lleva siempre a descubrir cuál es la nuestra. Y es una pena, porque si lo hiciéramos es muy probable que nuestro estudio fuera dos o tres veces más eficaz.

Así que, si todavía no te has hecho esta pregunta es el momento de enfrentarla.

La Teoría de las Inteligencias múltiples la desarrolló Howard Gardner en los años 80 del siglo XX, y en su momento fue muy controvertida, pues se oponía a la idea de una única inteligencia, que por lo general se asociaba con el razonamiento lógico-matemático. Pero entonces… ¿Cómo explicar la genialidad de Mozart o Cervantes?

Según él existen 8 tipos de inteligencia. Y aunque todas pueden desarrollarse, es muy posible que poseamos una tendencia natural mayor hacía unas que hacía otras.

Pero lo que hoy nos interesa no sólo es conocer qué grandes tipos de inteligencia existen, sino como pueden ayudarnos en nuestro aprendizaje diario. Por eso te dejamos un pequeño resumen.

  1. Lingüística. Se trata de la capacidad para comunicar y entender a través del lenguaje. Todos la poseemos en mayor o menor medida, pero si somos especialmente buenos con las palabras, podemos aprovecharlo en el estudio. Podemos reducir el tiempo de lectura, aprovechar para elaborar unos apuntes propios dignos de admiración o grabarnos dando la lección día a día. Por eso te dejamos algunas ideas, donde puedes llegar a convertirte, incluso, en tu propio examinador.
  2. Lógico-matemática. Durante décadas fue considerada la más importante, aunque hoy sabemos que es solo una más. Está asociada con la capacidad para razonar de forma lógica y resolver problemas abstractos. Por eso los ingenieros o matemáticos suelen destacar en ella. Pero también personas de otros campos. Eso sí, es una inteligencia muy útil durante el estudio, pues nos permite, por ejemplo, realizar esquemas y mapas conceptuales con brillantez, claves para organizar y retener mejor la información.
  3. Espacial. Para ellos una imagen vale más que mil palabras. Quienes la poseen tienen gran habilidad visual, con capacidad para identificar diferentes perspectivas y observar detalles. Suelen destacar en ella pintores o jugadores de ajedrez, pero puede ser también de gran utilidad si estás estudiando. ¿Cómo? Aprovechando la imagen para identificar y memorizar determinado contenido, bien a través de iconos, dibujos o grafías. Pero también recordando la información incluso por su ubicación en el libro.
  4. Interpersonal. Nos permite interpretar correctamente a los demás. Identificar sus emociones y, por tanto, relacionarnos de forma más inteligente con ellos. Podría parecer la menos interesante desde el punto de vista del estudio y el aprendizaje. Sin embargo, este tipo de inteligencia nos permite sacar todo el provecho (en el mejor sentido de la palabra) a la relación con compañeros y profesores. Apoyando a los demás y aprendiendo de ellos.
  5. Intrapersonal. Se trata de la capacidad para conocer, identificar y desarrollar nuestras cualidades. Y es fundamental en el estudio. De hecho, lo hemos repetido muchas veces en este Blog. Conocerse a una mismo permite identificar fortalezas y debilidades. Pero también cuando debemos hacer un descanso, cuando tenemos una semana más productiva y debemos aprovecharla… O, incluso, cuál es nuestro ritmo circadiano para adaptar mejor nuestro horario.
  6. Musical. Sí, efectivamente, ésta es la de Mozart, Chopin o John Lennon. Pero también la de poetas (con un gran sentido del ritmo). Y en ella se incluye a personas capaces de memorizar una enorme cantidad de números o palabras, solo por su propia composición. Por eso, si la posees en grandes dosis, no dudes que puedes aprovecharla en tu estudio. Ponla en funcionamiento y no perderás una sola fecha.
  7. Corporal cinestésica. Se relaciona con el físico, pero va más allá. Es la habilidad de interactuar materialmente con el mundo. Por eso es la inteligencia de los técnicos en diferentes campos, los cirujanos o los bailarines. Si tienes muy desarrollada este tipo de inteligencia te recomendamos que recites la lección en voz alta, teatralizándola incluso o que la aproveches para asociar determinados gestos con ideas o partes del temario.
  8. Naturalista. Se trata de nuestra capacidad para relacionarnos y comprender nuestro entorno. Puede entenderse en el sentido más ecológico del término. Pero también coo una capacidad que, sin duda, debe desarrollar todo opositor. Pues ya sabemos que una oposición es, finalmente, un proyecto colectivo. En el que es más que necesario que nuestras circunstancias favorezcan el aprendizaje y no lo obstaculicen.

Lo mejor, que el producto de estas inteligencias es mucho más que la suma de sus partes, y que, por tanto, contar con varias de ellas, no solo suma, multiplica.

De hecho, si todos y cada uno de nosotros tuviéramos la máxima nota en estas 8 áreas del cerebro humano, seríamos superhéroes. Pero no necesitamos aspirar a tanto. Con poseer algunas es más que suficiente. Porque la clave está en cómo juegas tus cartas.

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